Estrés: El mal del siglo
¿Qué es el estrés?
El estrés es una reacción natural del organismo ante situaciones que le exigen una respuesta. Surge como medio de adaptación a la situación que se presenta y es necesario para que este proceso se produzca.
El problema es cuando esas respuestas de activación ante determinados estímulos, se prolongan demasiado, se agudizan o se producen a consecuencia de un suceso traumático. En estos casos el estrés dejará de ser natural y en lugar de a la adaptación, contribuirá a la desadaptación.
El manejo del estrés puede resultar complicado y confuso, porque existen diferentes tipos de estrés: estrés agudo, estrés agudo, episódico y estrés crónico. Cada uno cuenta con sus propias características, síntomas, duración y enfoques de tratamiento. Analicemos cada uno de ellos.
El estrés agudo es la forma de estrés más común. Surge de las exigencias y presiones del pasado reciente y las exigencias y presiones anticipadas del futuro cercano.
El estrés agudo es emocionante y fascinante en pequeñas dosis, pero cuando es demasiado resulta agotador. Del mismo modo, exagerar con el estrés a corto plazo puede derivar en agonía psicológica, dolores de cabeza tensiónales, malestar estomacal y otros síntomas.
Afortunadamente, la mayoría de las personas reconocen los síntomas de estrés agudo. Es una lista de lo que ha ido mal en sus vidas: el accidente automovilístico que abolló el parachoques, la pérdida de un contrato importante, un plazo de entrega que deben cumplir, los problemas ocasionales de su hijo en la escuela, y demás.
Dado que es a corto plazo, el estrés agudo no tiene tiempo suficiente para causar los daños importantes asociados con el estrés a largo plazo.
Los síntomas más comunes:
* Agonía emocional:
una combinación de enojo o irritabilidad, ansiedad y depresión, las tres emociones del estrés.
* Problemas musculares:
que incluyen dolores de cabeza tensos, dolor de espalda, dolor en la mandíbula y las tensiones musculares que derivan en desgarro muscular y problemas en tendones y ligamentos;
* Problemas estomacales e intestinales:
como acidez, flatulencia, diarrea, estreñimiento y síndrome de intestino irritable
sobreexcitación pasajera que deriva en elevación de la presión sanguínea:
ritmo cardíaco acelerado, transpiración de las palmas de las manos, palpitaciones, mareos, migrañas, manos o pies fríos, dificultad para respirar, y dolor en el pecho.
El estrés agudo puede presentarse en la vida de cualquiera, y es muy tratable y manejable.
* El estrés agudo episódico:
por otra parte, están aquellas personas que tienen estrés agudo con frecuencia, cuyas vidas, son tan desordenadas que son estudios de caos y crisis. Siempre están apuradas, pero siempre, llegan tarde. Si algo puede salir mal, les sale mal. Asumen muchas responsabilidades, tienen demasiadas cosas entre manos y no pueden organizar la cantidad de exigencias autoimpuestas ni las presiones que reclaman su atención.
* El estrés agudo.
Es común que las personas con reacciones de estrés agudo estén demasiado agitadas, tengan mal carácter, sean irritables, ansiosas y estén tensas. Suelen describirse como personas con «mucha energía nerviosa». Siempre apuradas, tienden a ser cortantes y a veces su irritabilidad se transmite como hostilidad. Las relaciones interpersonales se deterioran con rapidez cuando otros responden con hostilidad real. El trabajo se vuelve un lugar muy estresante para ellas.
Los síntomas del estrés agudo episódico, son los síntomas de una sobre agitación prolongada: dolores de cabeza tensos y persistentes, migrañas, hipertensión, dolor en el pecho y enfermedad cardíaca.
Tratar el estrés agudo episódico requiere la intervención en varios niveles, que por lo general, requiere ayuda profesional, la cual, puede tomar varios meses.
A menudo, el estilo de vida y los rasgos de personalidad están tan arraigados y son habituales en estas personas que no ven nada malo en la forma cómo conducen sus vidas. Culpan a otras personas y hechos externos de sus males. Con frecuencia, ven su estilo de vida, sus patrones de interacción con los demás y sus formas de percibir el mundo como parte integral de lo que son y lo que hacen.
Estas personas pueden ser sumamente resistentes al cambio. Sólo la promesa de alivio del dolor y malestar de sus síntomas puede mantenerlas en tratamiento y encaminadas en su programa de recuperación.
* Estrés crónico
si bien, el estrés agudo puede ser emocionante y fascinante, el estrés crónico no lo es. Este, es el estrés agotador que desgasta a las personas día tras día, año tras año.
El estrés crónico destruye al cuerpo, la mente y la vida. Hace estragos mediante el desgaste a largo plazo. Es el estrés de la pobreza, las familias disfuncionales, de verse atrapados en un matrimonio infeliz o en un empleo o carrera que se detesta.
Es el estrés que los eternos conflictos han provocado en los habitantes de irlanda del norte, las tensiones del medio oriente que afectan a árabes y judíos, y las rivalidades étnicas interminables que afectaron a europa oriental y la ex unión soviética.
El estrés crónico surge cuando una persona nunca ve una salida a una situación deprimente. Es el estrés de las exigencias y presiones implacables durante períodos aparentemente interminables.