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Terapia de Pareja

“CON EL PUÑO CERRADO NO SE PUEDE INTERCAMBIAR UN APRETON DE MANOS”

-Indira Gandhi



La terapia de pareja distingue entre insatisfacción de pareja y perturbación de pareja. Uno o ambos miembros de la pareja, a partir de ciertas experiencias personales (modelos familiares de sus padres como pareja, otros modelos sociales, historia de relaciones de pareja anteriores, etc.) desarrolla una serie de expectativas no realistas, sobre cómo tiene que funcionar una pareja (mitos) y/o bien, lleva a la relación sus propias características personales, que pueden ser incompatibles con las del otro miembro.

La parte fundamental de la psicología puede ser su objetivo: ayudar a los demás. Así, el apoyarlos y guiarlos en algún sentido que mejore su vida, puede ser la meta de toda persona; pero ¿cómo ayudar?, ¿cómo aminorar el dolor psicológico de una persona?, esto, solo a través de una terapia psicológica. El saber cómo aplicar una terapia solo puede ser el trabajo de un psicólogo.


¿CÓMO AFRONTAR LAS CRISIS EN LAS PAREJAS?


1. Sinceridad y valentía. Sinceridad con uno mismo a la hora de reconocer una situación y valentía a la hora de dar los pasos adecuados. La crisis de una pareja es dolorosa y en ocasiones arrastra situaciones muy complejas (hijos, vivienda, familiares, amigos, etc.).

2. Apoyo de familiares y amigos (especialistas llegados al caso). Aparte de lo difícil de vivir estos momentos solo / sola, el concurso de familiares y amigos de confianza puede aportar otros puntos de vista a la hora de considerar la crisis y su desarrollo. Llegado el caso, también es conveniente recurrir a especialistas en estos temas que nos indiquen caminos y soluciones.

3. Profesionales en materias familiares. En muchas ocasiones la perspectiva del problema suele ser muy parcial en los casos de crisis y la toma de decisiones a corto plazo no se concilia con los deseos a largo plazo. Por esta razón es conveniente poner en manos de profesionales que nos garanticen que los pasos a dar son los correctos.

4. Mantener la compostura y buena relación. Especialmente si hay hijos por medio y su educación, sus sentimientos, etc. Aunque la crisis provoque una dolorosa y tensa relación, debe procurarse mantener un cierto equilibrio que nos lleve a desinflar situaciones de conflictividad que hagan más difícil cualquier cuestión a resolver en el futuro vinculada a temas de separación, hijos, etc.

5. Intentar reponer la vida, sin las cargas de la relación. Si la crisis concluye en separación debe establecerse como meta prioritaria superar la crisis personal. Una tendencia bastante frecuente es tender hacia la negatividad. Hay que esforzarse en pensar en positivo. Y eliminar cualquier hipoteca personal que venga derivada de la relación concluida.

Indispensable: Buscar ayuda de un profesional de la salud mental, para la solución de los problemas existentes y pasados que aún no se han cerrado.